Según información relatada por unos reporteros de medios locales, la policía literalmente atropelló a las personas entre ellos a varios niños. Usando una tanqueta y sus escudos los efectivos empujaron a los manifestantes e hicieron uso de gases lacrimógenos.
La violenta respuesta de los agentes del orden dejó varias personas golpeadas e, inclusive, un padre de familia sangrando por la nariz. También, varios alumnos quedaron con heridas en el rostro, un desmayado y un padre de familia identificado como Angel Bustamante, quien resultó con el ojo izquierdo golpeado.
Los manifestantes fueron repelidos rápidamente por la Policía Nacional, que acordonó la zona para evitar que haya disturbios mientras el Cardenal celebraba la habitual misa de los domingos.
Los locales comerciales de los alrededores y la misma Catedral de Lima tuvieron que cerrar sus puertas debido a los actos de violencia.
La protesta se dio debido a que el último viernes, día de la clausura de las labores educativas, el Arzobispado de Lima ordenó cerrar el colegio aduciendo que había sido vendido sin que se les haya comunicado nada. Aunque un padre de familia sostuvo que el colegio, ubicado en el distrito del Rímac, sería vendido para construir un conjunto habitacional.
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